Desde la antigüedad siempre existió la necesidad de conservación, desde el calor de nuestro cuerpo hasta la de una casa o la de los alimentos así, con el objetivo de conservar y proteger del paso del, tiempo, en conjunto con la evolución de la tecnología, se han creado envases innovadores con base en un consumidor más exigente cada día, dándoles diferentes usos, siempre sin olvidar su principal función: conservar. Lo más usual que ellos utilizaban eran las fibras naturales, como entre ellas esta las cajas de madera, aluminio etc. Algunos materiales que los antepasados utilizaban como envases son por ejemplo: el papel, tal vez la forma más simple y antigua del envase de papel fue una sencilla hoja de corteza de morera tratada y preparada por los chinos a principios de la segunda centuria a.C. Los árabes asimilaron el proceso unos pocos siglos más tarde y lo llevaron a España, Francia, y el resto de Europa. Aunque el papel y el cartón no son los más fuertes para los embalajes, si son los que han sobrevivido por más tiempo. Las telas y otros textiles se usaron para sacos durante siglos, hasta que llegó a reemplazarlos el papel. Otro ejemplo sería el de cartón ya que es un diseño norteamericano donde, por los años de 1870 en Brooklyn, Robert Gair, un impresor y fabricante de papel, estaba imprimiendo bolsas para semillas, donde una regla metálica para planchar las bolsas se levantó unos milímetros y corto la bolsa, dando lugar a una operación simple de planchar y cortar al mismo tiempo desarrollando diferentes tipos de cajas. El envase, a lo largo de su historia, fue variando no sólo por los materiales que comenzaron a utilizarse para su fabricación sino por la importancia que poco a poco alcanzó. En sus inicios fue como ya anteriormente visto, fueron considerado simplemente como un contenedor o protector pasando luego a ocupar un lugar asociado mucho más a la presentación del producto ya que es lo primero que se observa, y a partir de ahí comunica las cualidades y los beneficios que se obtienen al consumirlo. Por eso llegó a llamársele “el vendedor silencioso”. Sin envases y embalajes sería imposible que la mayoría de los productos comercializados fuesen distribuidos en un mercado cada vez más amplio. Por eso resulta interesante hacer un recorrido sobre la importancia que ambos presentan y la utilización que les podemos otorgar. Existe un principio en el desarrollo de los envases y embalajes, y es que no hay envases buenos o malos sino que uno será más apropiado que otro. El envase “industrial” aparece en la Edad Media , dentro del mendo feudal , en este periodo se vio que para proteger los alimentos los envases no necesitaban una gráfica determinada pues no se encontraban aun en el mundo competitivo como el de hoy (no olvidaremos la directa relación de productor-consumidor vigente en ese momento). Viendo lo anterior, podemos afirmar que con el transcurso del tiempo se fueron descubriendo materiales para hacer diferentes tipos de envases, con diferentes características para diferentes condiciones pero con la misma función principal, como ya se mencionó, la función de conservar nuestros productos.
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